miércoles, 20 de enero de 2010

Mirando al cielo

Ignorando las cuatro paredes del teatro en el que les han encerrado, Los Torreznos, escaleras en mano, escrutan el cielo con la curiosidad de dos niños. En la grada asoma un primer esbozo de sonrisa. Describen animales, haciendo que las sonrisas se hinchen como globos; observan planetas y esas explotan en carcajadas aisladas; nombran a santos apóstoles divinidades y se contagian; descubren anhelos esperanzas desgracias envidias y finalmente vuelven a bajar a la tierra habiéndoselos metido en los bolsillos.

Gracias por la invitation, David!

In the loop

Para reir (a carcajadas, toda la película) por no llorar, al ver como políticos, periodistas y la ONU son simples marionetas, inteligentemente manipuladas por muñecos diabólicos en la sombra, que compran y venden voluntades a su antojo y las obligan a bajarse los pantalones para sobrevivir.

De lo más divertido que he visto en meses, aunque el personal que queda retratado aquí (entre los que me incluyo) debería reflexionar sobre cómo hacer frente a estos personajes y sus maniobras bipolares de piropos amenazas favores intimidación filtraciones y puñales en la espalda.

martes, 19 de enero de 2010

El erizo

Tras los pasos de Amelie y de Odette, la portera-erizo de esta película rosa chicle de Mona Achache me hizo salir del cine con una gran sonrisa que la lluvia tardó en borrar.


Abstenerse realistas, intelectuales y críticos del buenismo (cada día más numerosos: ya van desde miembros de la FAES hasta xenófobos del PSC como el mismísimo president de la Generalitat).

Agujeros de inteligencia

La incompetencia de los agentes de Quemar después de leer se ha quedado muy corta.

Después de la deliciosa saga sobre la familia jamesbondiana de espías británicos (temporada 2008-2009) en la que nos ofrecieron informes confidenciales olvidados en el tren, papeles secretos mostrados a los periodistas sin querer, datos confidenciales de los ciudadanos extraviados, el portátil de un agente del MI6 abandonado en un taxi y el de otro sustraído de debajo de su silla en el McDonalds... en la nueva temporada 2009-2010 los guionistas cruzan fronteras:

* Se les cuela una pareja en la cena de gala de Obama al primer ministro indio Manmohan Singh y no se dan cuenta hasta que cuelgan las fotos de su hazaña en Facebook.

* Se les cuelan activistas de Greenpeace en la cena real danesa para celebrar el fracaso de la Cumbre del Clima y en vez de castigar a los agentes de seguridad por el fallo encarcelan e incomunican tres semanas a los ecologistas.

* Se les cuela un terrorista en un avión con un cóctel explosivo que logra combinar en el baño y el castigo recae en todos los viajeros aéreos, obligados a partir de ahora a posar desnudos en los aeropuertos ante desconocidos (o, creo que hay alternativa, a dejarnos meter mano por todos lados).

* Se reúne la cúpula de la CIA en Afganistán creyendo que van a escuchar una pista claved sobre el paradero de líderes de Al Qaeda y su fuente es un agente doble que, después de dejar grabado un mensaje en vídeo, les hace saltar por los aires.

* Publican un retrato robot de cómo sería ahora Bin Laden (más de ocho años después de que lo dejasen escapar de Tora Bora para poder justificar la guerra contra el terror) y resulta que se han basado en una imagen de Llamazares sacada de Google. Y hasta Mauro Entrialgo se cuela en una de las clases de formación de los nuevos agentes:



Espero con impaciencia el próximo capítulo. Estoy enganchada.

domingo, 17 de enero de 2010

Tetas buscan boca

Ping. Ping. Como si las hubiese dibujado un guionista japo de hentai, las tetas me han crecido a lo loco y revientan sujetadores camisetas jerseys abrigos, bamboleándose desnudas, con los pezones
erectos
enormes
oscuros


reclamando a todas horas una boca
que los chupe
y calme el dolor.

Desintoxicación forzosa (o lo peor)

Sin porros. Ni cañas. Ni vinos. Ni gintonics. Ni éxtasis. Ni MDMA. Ni speed. Ni ni ni... durante como mínimo UN ETERNO AÑO.

fuck fuck fuck

Condenada a sines, mostos, zumos, vasos de leche, sanfranciscos...

SOCORROOOOOOOOOOOOOOO

Y me mareo como una sopa cuando alguien fuma a mi alrededor y me caigo de sueño a todas horas.

puaj puaj puaj.

Dos rayas en el baño

3 de noviembre

Cierro la puerta del baño. Tiemblo. Rasgo el envoltorio. Retiro el capuchón. Meo sobre la punta absorbente. Tapo. Espero.

Una rayita. Espero. Otra rayita. Dos rayitas rosas.


Glups. Tiemblo. Tiemblo más. Me alegro. Me asusto. Me alegro.

Le tiro el test de embarazo al pirata. Me tiro encima de él. Me abraza. Se ríe. Me río.

El chalecito

Bum bum bum bum bum bum bum bumbumbum


El corazón se me aceleró y reconocí el miedo a las primeras veces. Pero pensé que si apagasen la música, si callasen las voces de todos los que nos miraban, podría escuchar otros cinco corazones palpitandocon rapidez.


Ninguno de los seis habíamos ido nunca a un club liberal (o de intercambio de parejas) y nos amontonamos en una esquina de la barra, mientras los demás olían la carne fresca y daban vueltas alrededor.


El pirata fue el primero en correr la cortina de la que salían -y volvían a entrar- cuerpos cubiertos sólo poruna toalla blanca, y cuando reapareció, después de beber la segunda copa de un sorbo, le seguimos asustados.


Bumbumbumbumbum



Nos sentamos en el colchón más cercano a la cortina, por si había que salir corriendo, y apuramos la tercera copa con la necesidad adolescente de armarse de valor con alcohol. Muy cerca, una chica follaba a su pareja con un movimiento de caderas rítmico, suave, insaciable... y acabó aceptand un rabo desconocido en su boca, después otro y, finalmente, los dos a la vez, mientras seguía cabalgando sobre su novio, que tenía los pantalones por las rodillas y la agarraba con fuerza del culo, una imagen que resurgió en muchas noches siguientes...


U. se acercó a ellos. El pirata también. Yo sólo un poco.


Pero después del cuarto cubata nos (des)vestimos con el uniforme de toalla y chanclas, dejamos la ropa en la taquilla y nos sumergimos en la piscina, donde empezamos a comernos la boca de dos en dos y acabé trepando hacia el borde, apoyando la espalda contra la pared y obligando al pirata a comerme el coño mientras una docena de ojos nos observaban y yo me corría en su boca.


A partir de allí, desapareció la última gota de vergüenza...

Una raya

22 de septiembre

Una rayita rosa. Sólo una. Pasan los tres minutos. Luego cinco. Incluso diez. Mis ojos no se mueven de la solitaria rayita. Aún es de madrugada. El pirata casi duerme. Vuelvo a la cama. Intento dormir. Se hace de día. Vuelvo a mirar. Una sola rayita. Ni rastro de hormona Gonadotropina Coriónica Humana (GCH) en tu orina, guapa, me dice la impar rayita rosa.

La regla, con una semana de retraso, aparece al día siguiente.

Casualidades

Próxima cita: casa de mis abuelos. Av. Diagonal, 20h. Una escala más en mi programada gira familiar intensiva por terretes catalanes. Queda una hora. Una hora libre en mitad de Barcelona en la que apareció la Losi camino a una puerta corredera que cambió por unas birras, muchas preguntas, respuestas y risas...

Al final corrí para no llegar (demasiado) tarde.

Comer, beber y amar en Portugal

Es cruzar la frontera, retrasar el reloj una hora, y adentrarse en un ritmo más lento, más silencioso...

Poco a poco, a través de sinuosas carreteras secundarias, atravesamos montes y valles y llegamos a la costa para experimentar el primer colocón de felicidad gastronómica al zamparnos una fantástica cataplana de marisco con vinho branco espumoso en A tasca do Confrade en Aveiro (una ciudad costera llena de canales y casitas de colores) rematada con unos cafés en la Praça do mercado de peixe.

Pasamos por la Coimbra de las togas universitarias y una Nazaré asi fagocitada por la especulación y desembarcamos en Batalha, encerrándonos 24 horas -con comida y botellas de champán- en una habitación con vistas al monasterio de Santa María de la Victoria, que visitamos al día siguiente: una iglesia gótica. Gigante. Desnuda. Blanca. Silenciosa. Transformada inusitadamente por los rayos de sol, que se cuelan por las vidrieras y explotan en
fucsias
amarillos
verdes
naranjas...
mientras el órgano resuena contra las paredes
y desde las capillas inacabadas se ve el cielo.

No volví a sentir lo mismo en el monasterio de Alcobaça ni en el Convento de Cristo de Tomar.

El segundo festín (tras ayunar un día para intentar tener hambre) llegó en Peniche, en el restaurante Estelas, donde saboreamos una langosta a la plancha y prometimos volver -llamando un día antes para encargarla- la especialidad de la casa, la langosta sudada.

Callejeamos por Sintra pero queríamos playa y nos dimos un rulo entre acantilados desde Praia Aguda y Magoito para acabar en un chiringuito con cervejas heladas y ameijoa a bulhao pato (con vino blanco y perejil) antes de dormir en Cascais y al día siguiente pasear entre las niñas juguetonas, desproporcionadas, lascivas y zoófilas de Paula Rego en su Casa das Historias.

No podían faltar unos días de subebajasubebajasubebaja lisboeta, asomados esta vez desde el bonito barrio de Graça, donde está micasaenlisboa, que tiene en María a una fantástica guía (y prepara los mejores desayunos de la ciudad).

Y rematamos con tres día de playa en bolas en uno de los pocos sitios donde el nudismo está autorizado oficialmente en el país: en la fantástica Praia do Meco, al sur de Lisboa. Felicidad absoluta... Hasta me haría jipi profesional si me pudiese pasar largas temporadas aquí.


(Que lejos queda ahora desde este Madrid lluvioso en el que no sale nunca el sol.)

Jipi profesional

Mierda.

No doy la talla como jipi profesional (el cabrón del pirata dice que ya lo sabía, que soy una princesa).

No soy capaz de dormir en una fragoneta lata de carga -con las ventanas tapiadas- donde no entra la luz del sol. Además, el colchón hinchable se hunde. Hay gente fuera que no se calla. Y el pirata ronca. Le despierto sin compasión de un codazo, pero se da la vuelta y vuelve a roncar. Miro el reloj por enésima vez, pero sólo son las cuatro. Aún no ha amanecido, me estoy meando y no puedo salir porque hemos aparcado en la plaza de botellón de Viseu. Intento leer. Vuelvo a mirar el reloj. Han pasado sólo cinco minutos pero no se oye nadie. Salgo y meo a lo perro. Vuelvo a entrar. Me acoplo a lo cuchara e intento dormir. Me giro, se gira. Intento dormir. Se gira, me giro. Cuento ovejitas. Pienso en los ejercicios de relajación de yoga. No way.

Sólo me tranquiliza pensar que cuando finalmente amanezca abriran las pastelairas, llenas de cafe com leite y bolos deliciosos.

Welcome back

(riing.)
(bostez.)
(desperez.)

Feliz año a todo el personal que se asome por aquí. No he escrito pero a algunos os he ido leyendo...